la estepa florecida

Gerardo Curiá

Tierra seca


La cabra es

su sombra

junto a la roca,

inclina su cabeza

para comer

el pasto seco de la arena

y mira la luz

que es viento.

La cabra, ahora,

está quieta

en la tierra vacía

acepta su destino de estepa.

La quietud de la cabra

justifica la distancia,

la tierra seca

y el silbido del silencio.