
PUEBLO DORMIDO
El pueblo se ha aquietado,
nadie hay, o se han dormido.
Tan solo las migajas del tiempo en los árboles.
Tan solo corre el río que mece una canoa
amarrada a la orilla.
Los únicos que hablan son el viento y los pájaros.
La siesta también duerme al tibio sol de invierno
sobre la hierba seca. No habrá mayores cambios
con el andar del día:
algún ladrido leve, algún tapial que cede.