la estepa florecida

Silvia Montenegro

Río Liffey

En la ausencia no hay belleza
sino sed, hermana.
Dejo la niebla
la ciudad vieja
la silenciosa aguja que une los días.
Lanzo una moneda al río.
Algo animal nace.
Una criatura antigua
pacífica
algo devorador
de arrepentimientos
y certezas
nace.
Mueve mi mano.
La abre.
La moneda cae.
El agua vibra.
Lo hondo comienza a vibrar.
El sedimento cede,
se bifurca.
Venas de tu cuerpo solo
de tus días sola,
hermana.
Lo profundo se perturba,
tiene alas.
Lanzo una moneda al río
y creo
que hay una luz
más allá de las torres
más allá del hijo y del padre
una primera vez de la luz
una primera lluvia
un gajo naciendo contra el viento
hay.