la estepa florecida

Tamara Padrón Abreu

Así de simple

¿Por qué una mujer llora?

Esta mañana no sabe cómo responder

a esa pregunta ni otras similares,

estudia el reflejo de su rostro en la ventana

reconoce el gesto perdido de su padre.

Ese día a todos los lugares que fue

lo hizo caminando sobre su propio pasado.

Siente la porosa fragilidad

de la madera balsa, también

siente la arena extendiéndose contra el mar.

A veces es posible estar en un sitio

y al mismo tiempo en otro, intuye.

Sigue tejiendo un pañuelo verde

“Si estuviera muerta – se dice,

no podría tejer un pañuelo de lana verde”

Todo es así de simple

Unas palabras echadas

mientras teje sin mirar el océano,

la marea se retira arrastrando

peces, pequeñas rocas, restos.

A ella le estamparon el miedo como

una marca de agua en plena frente.

Aprendimos a temer con cada sorbo

de leche materna o de fórmula

Nadie esperaba que sobreviviéramos

Y menos que nos quedara fuerza suficiente

para extender juntas, cada vértebra al sol.