la estepa florecida

Claudio Gómez

llevaba a la playa
mis revistas de historieta

mi necesidad de agua
en los negocios de canje
fue Stevenson

un pirata
a los diez años
no era un mercenario

era un hombre que se aventuraba
a cruzar los mares
en pedazos de madera
pelear por su vida
y gritar tierra

luego comprendí

el mar es un espectro
un racimo de nosotros
atrapado
en la profundidad latente
como la infancia