la estepa florecida

Enrique Solinas

El adiós

“Pueden pasar
a despedirse”, dijo,
y las palabras
que provenían del túnel
de la esperanza,
se conectaban
con su boca abierta
la cabeza levemente
inclinada hacia atrás
y los ojos,
que miraban sin mirar
el escenario quieto
del cielo,
observaban
esta historia
recién amanecida
y claro,
allí estaba yo,
testigo oscuro,
un detalle del paisaje, apenas
un sueño imposible que soñaba
con poemas y canciones de amor.

Porque todas las personas que amo
han nacido para desaparecer;
porque todo se vuelve inalcanzable
para los que se van sin despedirse.