la estepa florecida

Lidia Rocha

cada paso que das
te devuelve al principio

almas gemelas nos arremolinamos
sobre los médanos

(no te ilusionen en esta geografía
las yemas de los dedos
tocándose)

el viento, el viento siempre
y otra vez la estrella solitaria

como cuando habías muerto
o eras niña

en la crudeza
del patio